jueves, 1 de octubre de 2009

Hostilidad Aeroportuaria. (Y un fantasma)



Acabo de recordar cierto artículo que tenía en mi ordenador portátil, escrito en la espera de un vuelo de Copenhague a Madrid, a mediados de mes. Derivó de una conversación escuchada entre dos comadres españolas que también viajarían en mi mismo vuelo. Tan bizarro asunto, en pleno aeropuerto danés, no pudo sino llamar mi atención y reparar en el tema.
Lo dejo constar aquí, como muestra de que en nuestra profesión puedes encontrar recursos y reflexiones invaluables en cualquier sitio.


Aeropuerto Copenhagen-Kastrup, 15 de Septiembre de 2009.



Sentado ante las puertas de embarque en la fría mañana danesa, veo un fantasma. Una persona que viene de mi pasado más remoto y doloroso, cruzar el pasillo en dirección al duty-free.
De pronto una palabra, más bien una locución, me saca de mi viaje en el tiempo y los recuerdos.

Vicks Vaporub.



Toma ya. Vete a Dinamarca a dar una ponencia, y encuentra de pronto a dos mujeres en pleno aeropuerto que hablen de un producto tan conocido como ese, y que además sean españolas.

Estaban ambas sentadas detrás de mí, en esos asientos que se dan la espalda. Charlaban animadamente de las enfermedades de sus niños (dos rapaces que correteaban por la sala, ambos rubiales con evidente traza de sangre escandinava), y una de ellas mencionó el producto.
Afirmaba que era poco menos que una panacea, que el olor balsámico y el efecto en el pecho del niño era una bendición.
Sin embargo la otra madre no parecía tan convencida. Mencionaba cierta información leída en un periódico en la que se decía que en realidad al no ser un medicamento de prescripción, no era recomendable usarlo. Es más puede que no fuera sano del todo.
Intrigado por esto, me remití a las fuentes, investigando, usando la zona wifi del aeropuerto.

En Healthfinder.gov se hacen eco de un artículo publicado el 13 de enero. En él se menciona posibles problemas de los niños menores de 2 años con respecto a la inflamación de las vías aéreas y la producción de mocos incrementada por un uso inadecuado del producto, como ponerlo debajo de la nariz del niño, cosa que la misma marca desconseja.
De hecho el papel del relaciones públicas de Proctor & Gamble, escueto en el artículo, casi oculto entre las doctas opiniones allí reunidas, menciona ese detalle sobre el afluente de críticas y observaciones.

No cabe duda de que nos encontramos ante un acontecimiento hostil comunicativo, con base en una noticia comprobada y cierta.
Vicks Vaporub cuenta con una sólida reputación y clientela, pero sus acciones a este respecto, que atacan a la esencia misma de la empresa debería ser más cuidado. Si bien en la web se proporciona una serie de respuestas a dudas, deberían establecer algo más inmediato y con un feedback más marcado, tal como un panel de preguntas o un blog corporativo que diera respuesta a preguntas concretas.
Y la estrella invitada